Felicitaciones Mujeres!
Este 8 de marzo, no voy a pedir que no nos feliciten, desde hace unos cuantos años he publicado un mensaje que dice porque no hay que felicitarnos el 8 de marzo, en relación a la valida consideración que la fecha no es una celebración, sino una conmemoración, que vale la pena recordar surge como reivindicación de los derechos humanos que se nos han negado históricamente a las mujeres. Pero, este año, siento una energía empoderadora, de logros, de pequeños pero importantes avances, de reconocimientos y conquistas por la igualdad de género, por lo que creo que si hay muchos motivos para felicitarnos, al resaltar nuestras verdaderas y demostradas virtudes.
Porque nos liberamos de estigmatizaciones, de miedos, prejuicios, nos empoderamos y decidimos vivir como queremos, abrazando nuestras diferencias, la diversidad y respetándonos.
Por nuestra audacia, nos atrevemos, estamos en distintos espacios, promovemos una cultura inclusiva, de respeto, estamos tomando acciones para cerrar las brechas de género, romper el techo de cristal y quitar el piso pegajoso.
Por nuestras inmensas capacidades, hemos demostrado que somos capaces y competentes en todos los niveles y espacios, hemos viajado al espacio, piloteamos aviones, fotografiamos el agujero negro, podemos desarrollar algoritmos, a veces somos pocas en espacios tan diversos, pero demostramos ser de las mejores.
Porque somos líderesas, emprendemos, tomamos conciencia, nos organizamos, creamos redes, nos acompañamos y apoyamos para seguir creciendo.
Porque revivimos la memoria feminista, nos nutrimos de nuestras antepasadas, de sus pasos y de sus logros, reconociendo y respetando de dónde venimos, para llevarlo hacia dónde vamos.
Porque reconocemos que nuestro valor no se mide desde la nobleza y ternura, sino en el coraje y la fortaleza que sacamos todos los días para conquistar el mundo y derribar las actitudes y prácticas discriminatorias que nos quieren limitar, pero que lejos están de poder hacerlo más.
Es cierto que falta mucho camino por recorrer, los avances en una escala mundial pueden sentirse, pero todavía ningún país ha alcanzado la igualdad, sin embargo, lejos de desanimarnos, que nos animen las victorias por pequeñas que sean, para alentarnos por muchas más.
Si nos hemos de felicitar, que no sea por las virtudes moralistas, con las que suelen etiquetarnos y desmeritarnos, sino por nuestras capacidades y por nuestras acciones, que sin duda potencian nuestro lugar no sólo en la historia dejando huellas imborrables, sino en las posibilidad de vislumbrar un futuro cada vez más justo y equitativo.
Lis Torres Zambrano
Founder Two Steps